
Si desea mejorar su dieta para reducir los síntomas y los efectos secundarios de la medicación, o para reducir el riesgo de desarrollar lupus, hay algunos alimentos y sustancias que debe evitar y mantener fuera de su mesa tanto como sea posible.
Tanto la alfalfa como el ajo contienen ciertos ingredientes que pueden desencadenar y estresar su ya sobrecargado sistema inmunológico, lo que a su vez conduce a un brote de los síntomas del lupus.
Un tipo de aminoácido, conocido como L-canavanina, está presente en la alfalfa, mientras que el ajo contiene tiosulfatos, ajoeno y alicina. Todos ellos han demostrado y demostrado exacerbar los síntomas del lupus, según amplios estudios clínicos. Y lo que es peor, la alfalfa también puede provocar dolores musculares, fatiga intensa y dolor articular.
La carne roja es bastante rica en grasas saturadas. Suele estar bien comerla de vez en cuando, pero si se consume con demasiada frecuencia, las grasas saturadas y trans pueden contribuir en gran medida a las enfermedades cardiacas. Otros ejemplos de alimentos que contienen grandes cantidades de grasas saturadas y trans son los productos lácteos ricos en grasas, la mantequilla, el aceite de palma y el aceite de coco.
Reducir el consumo de grasas saturadas y trans es uno de los cambios dietéticos más recomendables, ya que las complicaciones coronarias son una consecuencia frecuente y grave del lupus no tratado.
Aunque no tiene que dejar de beberlo al 100%, limitar las bebidas alcohólicas le ayudará a garantizar que sus medicamentos funcionen correctamente. El alcohol interfiere y no se mezcla bien con muchos medicamentos, incluidos los populares antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno. El resultado más típico y molesto de combinar demasiado alcohol con AINE son las úlceras de estómago. En casos más extremos, provocará hemorragias internas en el estómago.
Si su reumatólogo le ha recetado warfarina para tratar el lupus, consumir alcohol mientras la toma también podría aumentar el riesgo de problemas hepáticos. Así que, si es posible, lo mejor y más seguro es no beber nada de alcohol.
El sodio es vital para nuestra salud y supervivencia si se consume en cantidades moderadas. Pero ingerir demasiada sal puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiacas e hipertensión. Ambas son consecuencias potencialmente graves del lupus, por lo que es esencial tomar medidas para evitar la hipertensión o los problemas cardíacos.
Si le gusta comer fuera a menudo, pregunte a su camarero si puede prepararle la comida sin sal añadida. También puede pedirle que prescinda de las salsas poco saludables y desfavorables, y que en su lugar le sirva limón y especias benignas para dar sabor a su comida. Al principio puede resultar un poco difícil, porque como sociedad nos hemos acostumbrado a añadir sal y otras sustancias innecesarias a la comida. Pero con suficiente fuerza de voluntad y determinación, será más fácil. Rápidamente verá cuánto mejor puede controlar su consumo de sal cuando no está esparcida por todo el plato.
Aunque todavía no hay pruebas científicas concluyentes que lo demuestren, algunas personas con lupus han informado de que han experimentado sensibilidad y brotes después de consumir verduras de hoja perenne. Algunas de estas solanáceas son: patatas blancas, tomates, pimientos dulces y picantes y berenjenas.
Estas son algunas alternativas deliciosas y mejores que puedes probar a añadir a tus comidas: Calabacín, judías verdes, cebollas rojas y boniato.
A nadie le gusta oírlo o pensar en ello, porque ¿a quién no le gusta un dulce y sabroso pastelito con su café? Pero hay que decir la cruda verdad.
Todos esos bonitos y altamente adictivos donuts, galletas, pasteles, magdalenas y otros postres comerciales que se ven en las típicas estanterías de los supermercados o panaderías están absolutamente cargados de todo lo peor para el lupus y cualquier otro problema de salud. Azúcar, carbohidratos, ingredientes artificiales, grasas saturadas, de todo.
Pero no tiene por qué renunciar a esos postres tan deliciosos. Con unos pocos cambios en los ingredientes, y un poco de conocimiento, puede hacer golosinas mucho más saludables que saben igual de bien. La estevia y la harina de almendras hacen maravillas.
Como se mencionó anteriormente, los cambios en la dieta pueden ser difícil de lograr por su cuenta, especialmente si usted tiene ciertas adicciones. Si le resulta difícil, puede ser útil considerar unirse a un grupo de apoyo con personas que comparten luchas similares.
Además, los síntomas graves y los efectos secundarios de los medicamentos pueden repercutir en tu salud mental. Hablar con un profesional de la salud mental también puede ser muy beneficioso.
Por último, para estar seguro, consulta siempre a tu médico antes de hacer cualquier cambio relacionado con tu salud.